El procedimiento de trasplante de médula ósea:
Los preparativos para un trasplante de médula ósea varían según el tipo de trasplante, la enfermedad que requiere el trasplante y la tolerancia del paciente a determinados medicamentos. Tenga en cuenta lo siguiente:
-En la mayoría de los casos se incluyen altas dosis de quimioterapia o radioterapia en las preparaciones. Esta terapia intensa es necesaria para tratar efectivamente el cáncer y hacer espacio en la médula ósea para que crezcan las nuevas células. La terapia a menudo se llama ablativa, o mieloablativa, debido al efecto que tiene en la médula ósea. La médula ósea produce el 95 por ciento de las células sanguíneas de nuestro cuerpo. La terapia ablativa impide este proceso de producción de células y la médula ósea se vacía. Se necesita una médula ósea vacía para hacer espacio para que crezcan las nuevas células madre y establecer un nuevo sistema de producción.
-Después de administrar la quimioterapia, la radioterapia o ambas, se realiza un trasplante de médula, de la médula ósea, del cordón o de células madre recogidas periféricamente, y se administra a través del catéter venoso central en el torrente sanguíneo. La colocación de la médula ósea en el hueso no es un procedimiento quirúrgico, sino que es similar a recibir una transfusión de sangre. Las células madre encuentran el camino en la médula ósea y empiezan a reproducirse y a formar nuevas células sanguíneas sanas.
-Se proporciona cuidado de apoyo para prevenir y tratar las infecciones, los efectos secundarios de los tratamientos y las complicaciones. Esto incluye realizar exámenes de sangre frecuentes, una estrecha monitorización de los signos vitales, la estricta medida de lo que se ingiere y lo que se elimina y del peso diario del paciente , y se proporcionara un ambiente estéril y protegido.
Los días antes del trasplante se cuentan como días con un signo negativo. El día del trasplante se considera el día 0. El injerto y período de recuperación después del trasplante se cuentan como días con un signo positivo. Por ejemplo, una paciente puede ingresar en el hospital en el día -8 para un tratamiento preparatorio. Seguirán los días +1, +2, etc. Hay eventos específicos, complicaciones y riesgos asociados con cada día antes, durante y después del trasplante. Los días se enumeran para ayudar al paciente y a la familia a entender dónde están en términos de riesgos y para la planificación del alta.
Durante la infusión de médula ósea, el paciente puede experimentar uno o más de los siguientes síntomas:
-dolor
-escalofríos
-fiebre
-Sarpullido, o ronchas.
-dolor en el pecho
Después de la infusión, el paciente puede:
-Pasar varias semanas en el hospital.
-Ser muy susceptible a las infecciones.
-Experimentar hemorragia excesiva.
-Recibir transfusiones de sangre.
-Estar aislado en un ambiente estéril.
-Tomar múltiples antibióticos y otros medicamentos.
-Tomar un medicamento para prevenir la enfermedad de injerto-contra-huésped (si el trasplante es alogénico).
-Las células nuevas trasplantadas (el injerto) tienden a
atacar los tejidos del paciente (el huésped), incluso cuando el donante es un pariente, como un hermano, una hermana o un progenitor.
-Someterse a exámenes de laboratorio continuos.
-Experimentar náuseas, vómitos, diarrea, llagas en la boca y debilidad extrema.
-Experimentar ansiedad transitoria psicológica o emocional.
-La salud física y mental del paciente es importante para el éxito del trasplante. Se toman todas las medidas posibles para minimizar las complicaciones y promover un entorno saludable, alegre y seguro para el paciente
.
¿Cuándo se produce un injerto?
El injerto de las células madre se produce cuando las células donadas van hacia la médula y empiezan a producir nuevas células sanguíneas. Dependiendo del tipo de trasplante y de la enfermedad que se esté tratando, el injerto normalmente se produce alrededor del día +15 o +30. Se realizarán recuentos sanguíneos frecuentes durante los días posteriores al trasplante para evaluar el inicio y el progreso del injerto. Por lo general, las plaquetas son las últimas células sanguíneas en recuperarse.
El injerto puede retrasarse como consecuencia de una infección, medicamentos, recuento bajo de células madre donadas o rechazo del injerto. Aunque la nueva médula ósea puede empezar a fabricar células en los primeros 30 días después del trasplante, la recuperación total del sistema inmunológico puede tardar meses, incluso años.
¿Qué complicaciones y efectos secundarios pueden producirse después de un TMO?
A continuación se enumeran las complicaciones que pueden producirse en un trasplante de médula ósea. Sin embargo, cada paciente puede experimentarlos de una forma diferente. Las complicaciones pueden variar, dependiendo de lo siguiente:
-El tipo de trasplante de médula.
-El tipo de enfermedad que requiere el trasplante.
-El tratamiento preparatorio.
-La edad y el estado general de salud del receptor.
-La variación del tejido coincidente entre el donante y el receptor.
-La presencia de complicaciones graves.
Las complicaciones posibles pueden incluir, entre otras, las siguientes, que pueden ocurrir solas o en combinación:
-Infecciones
Las infecciones son probables en un paciente que tiene supresión grave de la médula ósea. Las infecciones bacterianas son
las más frecuentes. Las infecciones virales y por hongos pueden poner en peligro la vida. Cualquier infección puede provocar una estadía más larga en el hospital, impedir o retrasar el injerto o
causar un daño permanente en un órgano. A menudo se administran antibióticos y medicamentos antifúngicos y antivirales para prevenir la infección grave en el paciente
inmunosuprimido.
Las medidas preventivas de fuentes comunes de infección también son parte de un trasplante. Esto puede incluir todo o parte de lo siguiente:
-Habitaciones especiales de aire filtrado.
-Restricciones dietarias.
-Requisitos de aislamiento.
-Restricción de visitas.
-Estricto régimen de higiene.
-Cambio frecuente de sábanas.
Se realizan exámenes de sangre para prevenir, detectar y tratar infecciones. Con frecuencia, se administran varios antibióticos si se sospecha la existencia de alguna infección.
-Bajo nivel de plaquetas y bajo nivel de glóbulos rojos
La trombocitopenia (bajo nivel de plaquetas) y la anemia (bajo nivel de glóbulos rojos), como resultado de una médula ósea no funcional, pueden ser peligrosas e incluso amenazar la vida. La mayoría de los pacientes requieren varias transfusiones de productos sanguíneos. Un nivel bajo de plaquetas puede causar hemorragias peligrosas en los pulmones, en el tracto gastrointestinal (GI) y en el cerebro. Hasta que las células madre comiencen a producir nuevas células sanguíneas, se necesita terapia del tracto GI para evitar lesiones y tratar la anemia.
-Dolor
El dolor relacionado con las llagas en la boca y la irritación gastrointestinal (GI) es común. Las altas dosis de quimioterapia y radiación pueden causar mucositis grave (inflamación de la boca y del tracto gastrointestinal). Sin el sistema inmunológico en funcionamiento, el paciente es incapaz de curar estas irritaciones con rapidez. Con frecuencia se requiere medicamento contra el dolor. El cuidado de la boca es necesario para prevenir infecciones y lesiones cuando se sospecha la presencia de mucositis.
Es posible que la quimioterapia, la radiación y la irritación GI causen diarrea, náuseas y vómitos. Quizá sea necesario administrarle al paciente calorías y proteínas por vía intravenosa (IV) hasta que sea capaz de alimentarse nuevamente y se haya resuelto la diarrea.
-Sobrecarga de líquido
La sobrecarga de líquido es una complicación que puede producir neumonía, daño al hígado y presión sanguínea alta. La razón principal para la sobrecarga de líquido es que los riñones no pueden mantener la gran cantidad de líquido que se está administrando por vía intravenosa: medicamentos, nutrientes y productos sanguíneos. Los riñones también pueden estar dañados por una enfermedad, infección, quimioterapia, radioterapia o antibióticos.
Durante el trasplante y la recuperación, se evaluará la aparición de signos y síntomas de sobrecarga de líquido en el paciente. Posiblemente necesite pesarse al menos una vez al día (quizá dos o tres veces) y se medirá frecuentemente la química sanguínea, lo que ingiere y lo que elimina. Quizá se administren medicamentos que ayuden a la función renal y la eliminación del exceso de líquido.
-Insuficiencia respiratoria
El estado respiratorio es una función importante que puede estar comprometida durante el trasplante. La infección, la inflamación de las vías aéreas, la sobrecarga de líquido, la enfermedad de injerto-contra-huésped y las hemorragias son complicaciones potenciales que ponen en peligro la vida, y que pueden presentarse en los pulmones y el sistema pulmonar.
La monitorización frecuente del estado respiratorio del paciente puede incluir:
-radiografías de tórax : examen de diagnóstico que usa rayos de energía electromagnética invisible para producir imágenes de los tejidos internos, los huesos y los órganos en una placa radiográfica.
-oximetría de pulso : un oxímetro es un dispositivo pequeño que mide la cantidad de oxígeno en la sangre. Para realizar dicha medición, se pega un pequeño sensor que parece una venda en un dedo de la mano o del pie. Cuando el aparato está encendido, se ve una luz roja en el sensor. El sensor no provoca dolor y la luz roja no se calienta.
-oxígeno suplementario
Daño de un órgano
El hígado y el corazón son órganos importantes que pueden dañarse durante el proceso de trasplante. El daño temporal o
permanente en el hígado y el corazón puede ser causado por una infección, la enfermedad de injerto-contra-huésped, altas dosis de quimioterapia y radioterapia o la sobrecarga de
líquido.
La monitorización frecuente de los exámenes de sangre y signos vitales del paciente es importante para minimizar y detectar cualquier daño a un órgano que pueda haber ocurrido.
Rechazo del trasplante
El rechazo del trasplante es una complicación potencial. El fracaso del trasplante puede producirse como resultado de una infección, enfermedad recurrente o si el recuento de células madre de la médula donada fue insuficiente para producir el injerto.
El rechazo del trasplante puede tratarse con otro trasplante de médula, si hay un donante disponible.
Enfermedad de injerto-contra-huésped
La enfermedad de injerto-contra-huésped (GVHD) puede ser una complicación grave y una amenaza para la vida en un trasplante de médula ósea. Esta enfermedad se produce cuando el sistema inmunológico del donante reacciona contra el tejido del receptor. Las nuevas células no reconocen los tejidos y órganos del cuerpo del receptor. Las zonas más comunes para esta enfermedad son el tracto gastrointestinal, el hígado, la piel y los pulmones.
La GVHD se clasifica de I a IV y puede ser aguda (ocurre repentinamente) o crónica (ocurre durante un período). Es probable que se monitoree frecuentemente al paciente para detectar señales y síntomas de esta enfermedad. Entre ellos, pueden presentarse diarrea, fiebre, erupción, cambios en la piel, dolor abdominal, complicaciones respiratorias y disminución de la función del hígado.
Se administrarán medicamentos antes del trasplante para reducir el riesgo de esta complicación
.
¿Cuándo se dará de alta al paciente?
Luego de un trasplante de médula ósea, el paciente será dado de alta dependiendo de muchos factores, incluyendo:
-La extensión del injerto.
-La presencia de complicaciones.
-El estado de salud general del paciente.
-La distancia desde la instalación. (Esto puede ser especificado por el equipo de médicos del paciente. Ocasionalmente, se solicitará a un paciente que ha recibido un trasplante de médula ósea permanecer a cierta distancia o tiempo de viaje desde la instalación para garantizar su seguridad si surgieran complicaciones.)
Se necesitarán visitas frecuentes al equipo de trasplante del paciente para determinar la eficacia del tratamiento, detectar complicaciones, enfermedad recurrente y para controlar los efectos tardíos asociados con un trasplante de médula ósea. La frecuencia y la duración de las visitas será determinada por el equipo de trasplante.
Perspectivas a largo plazo de un trasplante de médula ósea:
El pronóstico depende en gran medida de lo siguiente:
-El tipo de trasplante de médula.
-El tipo y extensión de la enfermedad que se está tratando.
-La respuesta de la enfermedad al tratamiento.
-La genética.
-La edad y el estado general de salud del paciente.
-la tolerancia del paciente a determinados medicamentos, procedimientos o terapias
-La gravedad de las complicaciones.
Como sucede con cualquier procedimiento, en el trasplante de médula ósea el pronóstico y la supervivencia a largo plazo pueden variar considerablemente de un paciente a otro. La cantidad de trasplantes que se realizan para un número mayor de enfermedades y los adelantos médicos han mejorado mucho los resultados de los trasplantes de médula ósea en niños y adultos. El cuidado continuo de seguimiento es esencial para el paciente después de un trasplante de médula ósea. Se están descubriendo continuamente nuevos métodos para mejorar el tratamiento y disminuir las complicaciones y efectos secundarios de los trasplantes de médula ósea.
FUENTE: the university of Chicago medicine
http://www.uchicagokidshospital.org/online-library/content=s05426